lunes

“El zoo de cristal” de Tennessee Williams

AMANDA (entra a escena)- Encontré un vestido viejo en el baúl. Pero. ¿Sabés una cosa? Tuve que hacerle muchas reformas, aunque me dolió el corazón, cuando hubo que soltarles las costuras. Vamos, Laura mira a tu madre. ¡Oh¡ ¡Vení a mirarme ahora¡

(Entra en el comedor por la izquierda y va al centro de la sala. Se ha puesto un vestido de muchacha. Trae un ramillete de junquillos)

(Mostrando las flores)
Así era antes este vestido. Así era. Tenía un montón de flores pero se ajaron mucho y tuve que quitárselas. Yo encabezaba las fiestas con este vestido. Y también lo lucí en el baile del gobernador en Jackson. Es una lástima que no hayas visto a tu madre desplazarse con pequeños pasitos por el salón de baile... (dando unas vueltas) Así. Me había puesto este vestido el día en que conocí a tu padre. También tuve la malaria. El cambio de clima del East Tennessee al delta... debilitó mi resistencia. No lo suficiente para que resultara peligroso, pero si para que me sintiera inquieta y mareada. Oh, eso era hermoso. Las invitaciones me llovían de todas partes. Mi madre me dijo: “no podés ir a ninguna parte porque tenés fiebre, tenés quedarte en cama” Dije que no me iba a quedar, tomé quinina y seguí yendo a todas partes. Todas las noches había bailes y por la tarde largos paseos en coche por el campo y picnics. Esos lugares... esos lugares... son tan bellos... tan bellos en mayo, cubiertos de cornejos y simplemente inundados de junquillos. Mi madre decía: “No tenés que traer más junquillos a casa” Yo le contestaba: “Los voy a traer.” Y los seguía trayendo, de todos modos. Cuando los veía en alguna parte, decía: “Esperen un momento, veo junquillos” Y les pedía a mis pretendientes que se bajaran del coche y que me trajeran algunos. Para serte franca, Laura, hasta me hicieron bromas con eso. “Cuidado- decían- ahí viene esa muchacha y vamos a tener que pasarnos la tarde juntando junquillos... Mi madre me dijo: “No podés traer más junquillos a casa, ya no hay jarrones donde ponerlos” Así es -dije-, me los voy a poner sobre el vestido... La malaria, tu padre y los junquillos.